Residencia Alkama
Residencia de ancianos y tercera edad: Residencia Alkama en Camas
Centro de ancianos concertado en Camas, para mayores y tercera edad, la Residencia Alkama.
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Servicios y equipo profesional Residencia Alkama:
Destacamos de la Residencia Alkama en Camas que cuentan con trabajador social de ayuda para las personas de la tercera edad y sus familias. Que también acompañan a los ancianos, si es necesario, al exterior en Camas. Que tienen enfermería, médico especializado y psicólogo al servicio de todos sus residentes, ancianos y ancianas. Además, puedes ver las instalaciones de la Residencia Alkama. Verás su equipamiento y demás servicios que ofrece este geriátrico de la tercera edad haciendo clic en la pestaña “servicios”, que encontrarás en la parte superior de esta ficha.
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9 Reseña en “Residencia Alkama”
Ingresamos a nuestro familiar por traslado desde otra residencia, y tengo un familiar en otra distinta por lo que podemos opinar. Es el mejor centro en el que mi madre ha estado, desde el primer momento *** el director nos explico todo y en las visitas siempre nos pregunta como estamos, *** la enfermera igual y el resto de personal , todas las auxiliares, la fisioterapeuta…… Estamos muy contentos ¡ Gracias
Buenos días mi madre lleva varios meses en el centro y desde el primer momento el trato con todo el personal ( *** enfermería, *** dirección, *** recepción y una larga lista) ha sido increíble, mi madre nos cuenta que hacen actividades por la mañana y por la tarde y desde el centro nos mandan fotos y nos informan constantemente aspecto que es de agradecer, al principio se quejaba un poco de la comida ( aunque ella siempre ha comido regular algunas cosas) pero desde hace un mes aproximadamente tienen un nuevo catering y me cuenta que esta muy contenta también. Por lo que la recomiendo al 100×100
Buenos días
Mi familiar ingreso en el centro tras estar en otro centro y hemos notado el cambio desde el primer dia , ella se encuentra muy bien de salud y memoria por lo que ella misma nos cuenta las actividades que realiza, las excursiones cuando son posibles . El centro tiene muchos patios que le dan mucha luminosidad aspecto que consideramos muy adecuado. Recibimos continuamente información del centro tanto telefónica como un grupo que tienen creado con las familias , son gente joven y muy preparada. La unica pega, el precio es alto a comparación con otros centros de la zona, entendemos por experiencia que por las prestaciones de este centro, por lo que nos parece adecuado y estamos muy contentos con el traslado
Nuestra madre entro hace 4 meses, al principio teníamos nuestras dudas por todo lo relacionado con la pandemia, pero desde el centro en todo momento nos han estado informando de la situación, la posibilidad de hacer visitas, le hicieron un test al entrar al centro y continuamente nos mandan información sobre pautas y situación en general. El trato de *** , el director, *** la trabajadora social o *** la persona que esta en recepción es muy cercano y familiar, nuestra madre se encuentra adaptada , participa en talleres y aunque al principio se quejaba un poco de la comida nos cuenta que esta mucho mejor… las instalaciones son muy amplias y luminosas y tiene unos preciosos patios cosa que nos encanta¡¡¡ muy recomendable
Buenos días.
Mi madre lleva en el centro dos meses aproximadamente, al principio teniamos dudas de adaptación por el caracter y la enfermedad de mi madre , pero desde el primer momento todo el equipo de profesionales del centro se brindo a ayudarnos y asesorarnos, lo que aumento nuestra confianza.
La adaptación de mi madre ha sido muy muy positiva, hasta el punto de que cuando sale con nosotros al centro nos pregunta que cuando vuelve a su segunda casa……. Las habitaciones son grandes tanto las individuales como las compartidas y realizan una atención individualizada ( comedores ) dependiendo de la ayuda que necesite tu familiar.
El centro tiene gran cantidad de patios y un clima muy familiar. MUy recomendable.
Ciertamente, cada uno cuenta la fiesta como le va o como le ha ido. La cuento: La familia de un leal amigo al que yo he estado cuidando muchos años llevó a este amigo con un alzhéimer muy avanzado a la residencia, por un precio de 1650 euros al mes. Cuando se le llevó, todavía tenía movilidad (pude dar crédito de ello a una enfermera y al sicólogo del centro), se le sentaba en su casa en un cómodo sillón con cojines, se le alimentaba bien con jeringa (aunque para darle la comida se tardara dos horas) , estaba hidratado, repetía canciones, decía refranes y conocía a algunas pocas personas. Al llegar a la residencia optaron a los pocos días de verlo actuar por llevarlo de la cama (donde lo acostaban para darle de comer a las 18:50 h y, acto seguido lo dejaban para que se durmiera) a una silla de ruedas, donde se le podía visitar de 11:00 h a 12:50 h, y por la tarde de 16:00 h a las 18:45, en que te lo retiraba una auxiliar de nuevo a su habitación. Sin más atención «personalizada», lo fueron (disculpen la palabra, pero es real) «abandonando» porque pensaban que no tenía solución su estado de deterioro. Es más, en un momento de su enfermedad, comentamos a una enfermera que le notábamos un poco de mucosidad en el pecho y que, para esos casos, nosotros le dábamos fruidasa y el médico le recetaba antibióticos. La enfermera encontró fruidasa y se le dio; nada de antibióticos. A los pocos día nos dijo que ya estaba limpio el pecho; así, sin más, con nuestra perplejidad ante el milagro de la residencia. Cuando pasó un mes de estancia allí, se tuvo que llamar al 112, que se lo llevaron urgentemente al hospital Virgen del Rocío. En el hospital nos dijeron que llegaba aparte del alzhéimer, con insuficiencia real, se hallaba totalmente deshidratad; además, llevaba una infección gravísima en el pulmón derecho y eran escandalosas las escaras que tenía en el culo de la falta de higiene. De todo eso puedo dar constancia por algunas enfermeras del Virgen del Rocío con las que hablé y que lo trataron amorosamente, como hay que tratar a cualquier enfermo. Ya muerto, y esa aceleración en su muerte es consecuencia de su estancia en la residencia, saco las siguientes conclusiones, sin ánimo de molestar a nadie y para que, ante lo que se puede evitar, aprendamos positivamente:
1. Si los directores de residencia ven que no van a saber llevar a un usuario, que por favor se lo digan de entrada a la familia. Este amigo, cuando yo le daba de comer, tardaba, por ejemplo, dos horas. Cómo van a poder darle de comer en 15 o 2o minutos en una residencia (como me contaba a mí una auxiliar en prácticas que lo hacía), al menos de que lleve unas sondas, que no era el caso nuestro.
2. No dejen a personas tan indigentes en manos de chicas en práctica que tienen la cabeza más en los días que libran de trabajar que en trabajo que están haciendo. Al menos que estén acompañadas de una experimentada auxiliar corrigiéndole continuamente su tarea.
3. En las salas donde dejan «sentados en sus sillas de rueda» a los usuarios si no llegan familiares a verlos, tengan siempre por obligación a alguna auxiliar para que atienda las demandas de esos usuarios: agua, sentarlos bien… En la residencia Alkama, al menos, se echa de menos, este trabajo de atención. A veces me los he encontrado gritando, o a punto de caerse de sus sillas cuando en un extremo del edificio he visto a cuatro o cinco auxiliares charlando de sus fines de semana.
4. Cuando un familiar haga alguna indicación sobre el usuario por el que paga allí residente eviten emplear expresiones tan desafortunadas y tan vacías como «eso ya se valorará» (luego no valora) o «yo no me ocupo de cambiarlos; eso lo hace otra compañera». El familiar, sépanlo, necesita transparencia, apoyo, ayuda.
Y nada más. En mis visitas diarias a la residencia, durante el mes que estuvo mi amigo, pude ver y hablar con muchas personas. Entre los familiares (muchos, gente muy sencilla) percibí descontento en la atención a los suyos. Si advertí que la residencia es lugar ideal para aquellas que quieran por ellas mismas irse a una residencia y que aún tienen facultades físicas para moverse, asearse y comer solas. Para ellas es ideal, repito, esta residencia. En cambio, para personas que necesitan otros cuidados personalizados o están a punto de requerir cuidados paliativos, como era el caso de mi amigo, esta residencia es nefasta. Convendría que su directiva se lo dejara claro a los familiares desde el principio. Yo al menos, con un negocio tan delicado y tan amoroso como este, es lo que haría, por el bien de todos.
Hay requemor en esas palabras, seguramente nadie sabe donde y qué lugar ocupa exactamente.En ninguna residencia se tiene dos horas para dar de comer a un residente,no hace falta decir que la dedicación de alguien que altruistamente lo hace, es encomiable, pero inviable en ningún centro. También quiero aclarar que FLUIDASA es muy común en este tipo de centro, pero las decisiones médicas las toman precisamente el servicio médico, no el centro.
Con respecto a la higiene habrá pocos centros en los que la higiene sea más exquisita, y que se tengan que curar úlceras del hospital con demasiada frecuencia. Sin querer molestar a nadie, no sé si no comprender que no se sabe el lugar que se ocupa, le da a uno la libertad de opinar.
Mi madre lleva más de cinco años en este centro. Está bien atendida y cuidada. Los profesionales se desviven por su bienestar. Antes disfrutaba de la excursiones, y ahora que no puede salir por cuestiones de salud, disfruta de las actividades que organiza el centro en sus instalaciones.
No puedo estar más agradecido.
En general deja bastante que desear. El Centro está bien ubicado, es amplio y con muchas posibilidades pero a las dueñas del centro no les gusta su trabajo y amargan al resto.
Poco profesionales, mas bien un negocio de comadreo.
… y yo voy y me lo creo…
Entiendo que hay que estar hecho de una pasta especial para aguantar muchas veces el genio de algunos abuelos, pero co… por eso le pagan al personal.