Residencia Orpea El Campello
Residencia de ancianos y tercera edad: Residencia Orpea El Campello en El Campello
Centro de ancianos concertado en El Campello, para mayores y tercera edad, la Residencia Orpea El Campello.
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Equipamiento, servicios y equipo de la Residencia Orpea El Campello:
Queremos destacar de la esta Residencia de Mayores en El Campello. En primer lugar, que tiene una unidad especial para atender a los ancianos y ancianas con demencia y alzheimer. También entre el equipo de profesionales de este geriátrico, cuenta con médico especializado en geriatría. Ademá de psicólogo geriátrico, trabajador social y enfermería. Por supuesto, acompañan a los mayores si es necesario salir al exterior de la residencia de mayores en la zona de El Campello. Y cuentan con transporte para mayores.
Puedes ver sus servicios y equipamiento en la pestaña superior llamada “servicios”.
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8 Reseña en “Residencia Orpea El Campello”
Es penoso el deterioro que mi padre sufrio en ese CASTILLO DEL TERROR. En un mes dejo de andar y de hablar. Decidimos llevarlo a Orpea d Campello por su buena imagen por toda la publicidad de los ejercicios DIARIOS q prometian hacerle y sobre todo pr EL JARDIN. Cuando mi padre llego, caminaba despacito con su andador, hacia ejercicios con sus pedales y etc, en ese tiempo q estuvo, al ir a visitarlo (20 minutos por cada semana) nos lo sacaban en silla de ruedas… De esos 20 minutos nos pasabamos 19 pidiendole a mi padre q levantase la cabeza porque apenas podia abrir los ojos ni mantener la cabeza erguida,, cuando le preguntabamos a la enfermera por que estaba asi, la respuesta era q ella lo veia normal. Cuando preguntabamos si lo sacaban al jardin, siempre nos respondian NO PORQUE ESTABA ALTERADO… o SI CLARO CUANDO VENIS DE VISITA. Debido al COVID solo nos permitian 20 minutos POR SEMANA. Podiamos llamarlo por telefono y cuando le preguntaba si estaba haciendo ejercicio siempre me decia q no, yo le decia q moviese las piernas como en la bicicleta en casa y me decia como podia QUE NO PODIA PORQUE LO HABIAN ATADO… Resumiendo, el tiempo q estuvo alli lo tuvieron atado por las piernas, por las ingles y por el pecho, no lo sacaban NUNCA al jardin. Perdió toda la movilidad,de hecho nunca mas ha podido usar su andador. Vino con una escara o llaga CON SANGRE de mas de un palmo en el trasero, y varias llagasen los brazos, hematomas y heridas por las piernas, le ha costado muchisimo recuperarse. Lo sacamos de alli en cuanto vimos que todo iba a peor y que ninguna de las excusas que nos daban eran ciertas, incluso el medico nos comentaba con una frialdad pasmosa que los “dementes” como mi padre deambulaban por el pasillo d la segunda planta. Muy triste todo. Que estuviesemos pagando mas de 2000 € para tener literalmente encerrado en una habitacion a mi padre, atado por tres sitios (confirmado por la directora), segun ella por precaucion.. Vamos es triste y horrible, lo peor es q a la hora d la visita, se nos oia a todos los familiares pidiendole a nuestros ancianos q levantasen la cabeza, q nos mirasen, q nos contestasen.. todos los DEPENDIENTES en la misma situacion..? Que pena, que impotencia, que asco de la falta de humanidad de esos responsables, ojala en su vejez vivan todo el daño que les han hecho a nuestros padres. Cuando sacamos a mi padre aun seguimos pagando residencia por lo d los 15 dias de aviso previo.. Le faltaba la alianza, el reloj, ropa, su silla de ruedas, enseres personales… Gracias a la recepcionista ***Editado por topMAYORES [nombre eliminado por incumplir nuestra política de publicación de opiniones] q se preocupo d recuperarlo todo. Tambien reconozco la labor amable y cariñosa de algunas de las chicas q trabajan alli.. Jamas recomendare a nadie q lleve alli a sus familiares. Sufrio mi padre y sufriamos nosotros. Una terrible pesadilla..
Mi consejo es que no lleven a sus seres queridos allí.
En la 1º visita nos trajeron a mi abuelo sin sus gafas, con ropa ajena y extremadamente «adormilado» (por hablar suave). Salió el médico para informarnos nada asertivo, con respuestas estudiadas generalizadas y algunas leídas (del informe básico). No sabía de qué era su hematoma en el pecho, ni el nº de su habitación.
A los 15 días mi abuelo había bajado de peso desmesuradamente, era evidente a simple vista. Esto no constaba en el informe médico.
Ante preguntas concretas sobre mi familiar, la respuesta de los/las responsables siempre derivaban a información generalizada y al intentar encauzar el hilo de la pregunta y reiterar en ella, su última respuesta siempre era «eso no lo llevo yo», incluso nos ocurrió con la misma directora al preguntarle qué actividades expresas había estado realizando mi familiar, diariamente, hasta entonces.
En la visita de su día nº 20, mi abuelo había desmejorado muchísimo. Lo sacamos esa misma tarde.
Leido en el perodico El Mundo, 20 de Abril del 2020:
CORONAVIRUS
«Me dijeron: ‘No podemos dar de comer a todos’. En esa residencia la gente se está muriendo de hambre»
Pacientes suturados sin anestesia, otros a los que no se les da de comer y ausencia de limpieza: esto refiere el auxiliar ***, que aguantó día y medio en la residencia Orpea Sanchinarro en lo más duro del Covid, con 60 muertos de 180 internos. La empresa lo niega
Tengo 58 años y he pasado allí unos dos meses por problemas de movilidad, me limitaré a contar mi experiencia y que cada cual juzgue por sí mismo…
Al llegar me encontré con que mi plaza consistía en un hueco pequeño y semioscuro dentro de una habitación dividida en dos partes por una especie de pequeño tabique en el que había una cama pegada a la pared, una pequeña mesilla y un armario empotrado en el tabique mientras que en la otra parte de la habitación (más amplia y luminosa) además de la cama, la mesilla y el armario empotrado había una mesita redonda, televisor, teléfono y una pequeña terracita a la que por supuesto no se podía acceder en silla de ruedas.
Después de protestar pusieron otro televisor en mi hueco y gracias a la amabilidad de algunas auxiliares mi estancia fué más llevadera de lo que pudo haber sido.
Por supuesto ellos cobran lo mismo por los dos espacios , más de 2000 € que con los «añadidos» que ponen después por otros servicios rondan tranquilamente los 3000 o se acercan bastante, por ejemplo: cobran un «extra» dependiendo del grado de discapacidad que cuando yo estuve allí consistía en 140€ por un grado 1, 280€ por un grado 2 y 420€ por un grado 3, así que recomiendo encarecidamente que comprueben que el grado que consta en el contrato se corresponde con el concedido por la Generalitat y que exijan la copia del contrato el primer día para poder revisarlo tranquilamente y con la cabeza despejada sin los agobios del día del ingreso entre saludos, presentaciones y demás. Los servicios de limpieza y lavandería son un desastre, cuando yo estuve tardaban semanas en traer la ropa «limpia» y arrugada como un acordeón.
El tema de las comidas es un mundo aparte…, los menús en sí mismos son aceptables, el problema es la interpretación personal que hace la cocinera que, por ejemplo llama «ensalada» a unos trozos de tomate triturado de bote con cuatro aceitunas. La comida, además de escasa, puede ser de dos clases: insípida (algunas veces si te la pusieran con los ojos vendados no sabrías lo que estás comiendo) o intragable; por no hablar de las cucarachas que campan a sus anchas por el comedor cada dos por tres…
Las instalaciones no están pensadas para las personas con problemas de movilidad, se nota que es un hotel reconvertido y han hecho los cambios justitos porque los timbres están lejos de la cama, el acceso a las terrazas de los dormitorios tiene un saliente que no se puede pasar con silla de ruedas y hay un jardín con una rampa demasiado inclinada para que una persona en silla pueda subir sola.
En cuanto al personal es difícil hacer una valoración general porque hay algunas auxiliares encantadoras que intentan dar lo mejor de sí y hacer bien su trabajo y otras que por diferentes razones yo no podría calificar como profesionales.
El trato a los residentes imagino que es bastante similar al que por desgracia reciben en la inmensa mayoría de este tipo de «aparcamientos de ancianos», especialmente los abuelitos o personas más dependientes, es decir: simplemente son paquetes.
La verdad es que me considero afortunada por haber podido salir de allí y a aquellos que estén considerando ingresar o llevar a un familiar a este centro le recomiendo que no se queden solamente con el escaparate ni las «sonrisas de precampaña» de los primeros momentos y en caso de optar por dejarlos allí que hagan un seguimiento de cómo están de verdad sus seres queridos si realmente son queridos.
Dejo algunas fotos como pequeña muestra de las chapuzas que formaron parte del menú cuando yo estuve allí.
Es la residencia de los horrores. Creo que este es el titular con el que me quedo después de estar allí mi abuela durante tres años. Una dejación absoluta del equipo directivo, un personal escaso y poco cualificado, instalaciones sucias y mal cuidadas, en definitiva, una gestión pésima. Desde el corazón, a quien esté pensando ingresar a algún familiar, no lo hagan. Tratan muy muy mal a los ancianos, quedandoles poca dignidad en sus últimos días de vida.
Tras cuatro años en la residencia Orpea de El Campello, el pasado 27 de abril nos llamaron para decirnos que nuestra tía acababa de fallecer. Una vez allí nos causó mucho dolor saber que había muerto atragantada en el comedor, a la vista de todos mientras se comía un plato de lentejas. Qué impotencia, sentir que ningún trabajador estuvo lo suficientemente cerca o atento como para reaccionar a tiempo y practicarle alguna maniobra y asi evitar su muerte. Ella, con noventa años y en silla de ruedas, poco pudo hacer para evitarlo. Nos indignó esta negligencia absoluta por parte del personal de la residencia.
Dado que nuestra tía murió en las dependencias de Orpea (no en un hospital, por poner un ejemplo) nos hubiera gustado ver en el tanatorio a algún representante de Orpea El Campello, pero no, no fue el caso y nadie dio la cara. Eso sí, mandaron una corona de flores.
Visitábamos a nuestra tía una vez al mes y siempre le dejábamos 4 ó 5 billetes de 5 euros que ella guardaba cuidadosamente en su cartera por si surgían “gastos inesperados” (aunque no le hacían falta, obviamente tenía todos sus gastos cubiertos con los 2.200 euros –o quizás más- que pagaba mensualmente) pero ella se ponía muy contenta. Pues bien, cuando volvíamos al mes siguiente ya esos billetes habían desaparecido de su bolso (repito, ese dinero no lo necesitaba). Y así, durante los cuatro años que estuvo en la residencia Orpea de El Campello, alguien se estuvo embolsando ese dinerito una vez que nos volvíamos a Madrid (sabían que tardaríamos un mes en regresar y se aprovechaban de eso). Suponemos que alguien del equipo de cuidadores estaba al tanto y en cuanto podría saqueaba la cartera de mi tía. Qué bonito.
Y más cosas que podría añadir pero aquí lo dejo. Qué arrepentidos estamos de haber dejado allí a mi tía.
Firmado: E. Pérez González. Sobrina de Luisa González Salcedo (In Memoriam) Madrid, junio de 2019
Hace poco más de un mes que a mi madre le han dado el alta en el hospital.
La ingresaron en la UCI, porque no reaccionaba debido a una sepsis.
La negligencia de esta residencia casi le cuesta la vida a mi madre.
Realizábamos visitas prácticamente diarias y mi madre se encontraba en unas condiciones lamentables.
Decidimos pedir explicaciones al centro, pero ellos se excusaban en que mi madre necesitaba un periodo de adaptación.
Tras ingresarla, los médicos nos dijeron que hubiera bastado con un simple análisis de orina, para saber de la gravedad de la salud de mi madre.
Después de este incidente, decidimos abandonar este centro.
Para nuestra sorpresa, todavía no nos han llamado para preguntarnos si nuestra madre sigue viva.
Mi consejo es que no lleven a ningún familiar a este centro ya no sólo por la falta de humanidad de la que carecen (a las pruebas me remito), sino por la falta de profesionalidad patente en la negligencia cometida por sus médicos que podría haber costado la vida de mi madre.
Espero que mi comentario ayude a destapar la verdad sobre este centro, al que lo único que parece importarle es el dinero.
Un cordial saludo Yolanda Sirvent
Carta enviada a Orpea y devuelta a mi direccion sin contestacion.
Orpea Iberica S.A.U.
Servicios Centrales (Dpto. Juridico)
Monte Esquinza 30
28010-Madrid
Estimados Sres,
Pongo en su conocimiento los hechos acontecidos en su Residencia Orpea de Alicante, esperando por su parte una solución a lo que considero una decisión injusta, tomada por la Directora de su Centro en El Campello.
Trasladamos a mi madre de 98 años de edad el día 04/12/2017 desde la Residencia Vistasol5 en Alicante a la Residencia Orpea en el Campello, por la proximidad de vecindad a uno de nuestros familiares; nada más llegar nos hicieron firmar un Contrato de Admisión que incluía una Fianza de 900 Euros, que serian devueltos a la finalización del Contrato. Al día siguiente, por la mañana, 5/12/2017, al visitar a mi madre, llorando nos indico, que quería volver a su antigua residencia, ya que no le gustaba este ultimo centro y echaba de menos a sus compañeras de la otra residencia. Me puse en contacto con el doctor del Centro ***Editado por topMAYORES [nombre eliminado por incumplir nuestra política de publicación de opiniones] y con la directora ***Editado por topMAYORES [nombre eliminado por incumplir nuestra política de publicación de opiniones], explicándoles los motivos y ambos se mostraron comprensivos y me extendieron un certificado en el que indicaban entre otras cosas, el motivo de la baja de mi madre:
“El motivo de la baja en el Centro de la Sra. ***Editado por topMAYORES [nombre eliminado por incumplir nuestra política de publicación de opiniones] es su marcha al centro en el que residía anteriormente, por no superar el periodo de adaptación”.
Todo resulto fácil y comprensible, la sorpresa llego con el cargo en la cuenta bancaria de mi madre de Euros 1017.40. Me puse en contacto con la Directora ***Editado por topMAYORES [nombre eliminado por incumplir nuestra política de publicación de opiniones] y me indico que había habido incumplimiento del contrato y se quedaban con la Fianza. De nada sirvió el indicarle a la Sra. Directora que fueron, solamente 24 horas de estancia en Orpea y que entendíamos que cargaran un día de estancia y los gastos que pudiera haberse ocasionado en estas 24 horas.
Les ruego que tomen en consideración todo lo referido y espero del buen hacer de su compañía, una solución justa a nuestro problema.
En espera de su contestacion, reciban un saludo,
Solamente comentarte qué conozco a una enfermera qué renunció por ver el trato qué le prodigaban a los abuelos, se lo hizo saber a la directiva, pero, recibió una «velada amenaza»,creo qué ésto te deja a las claras sus directrices,sólo el dinero, humanidad cero.