Residencia DomusVi Arroyo: una residencia de calidad para mayores
La Residencia DomusVi Arroyo, ubicada en Arroyo de la Encomienda, es un centro especializado en la atención de personas mayores que ofrece una amplia gama de servicios y comodidades para garantizar el bienestar de sus residentes.
Una residencia moderna y bien equipada
La Residencia cuenta con amplias habitaciones individuales y dobles, todas ellas equipadas con baño privado, televisión y conexión a Internet. El centro también dispone de zonas comunes amplias y luminosas, como salas de estar, jardines, terrazas y un comedor donde los residentes pueden disfrutar de comidas equilibradas y adaptadas a sus necesidades nutricionales.
Atención especializada y personalizada
En esta residencia, los residentes reciben una atención especializada y personalizada por parte de un equipo de profesionales altamente cualificados y experimentados. El centro cuenta con servicios médicos y de enfermería las 24 horas, fisioterapia, terapia ocupacional y atención psicológica, entre otros servicios. También se ofrece atención a personas con Alzheimer u otras demencias, con programas específicos para su cuidado.
Actividades y ocio de La Residencia DomusVi Arroyo
Esta residencia de mayores ofrece un amplio programa de actividades y ocio adaptado a las necesidades e intereses de cada residente. Desde actividades de estimulación cognitiva y física hasta talleres de manualidades y actividades de ocio como excursiones, música en vivo y cine, los residentes tienen la oportunidad de mantenerse activos y disfrutar de una vida plena y satisfactoria.
En definitiva, la Residencia DomusVi Arroyo es un centro moderno y bien equipado que ofrece atención especializada y personalizada, actividades y ocio adaptado y una amplia gama de servicios para garantizar el bienestar y la calidad de vida de sus residentes. Si estás buscando una residencia de calidad para personas mayores, la Residencia DomusVi Arroyo es una excelente opción en Arroyo de la Encomienda.
7 Reseña en “Residencia DomusVi Arroyo”
Mi familiar ha estado temporalmente en la residencia y bastante bien, mejorando su salud. Es sin duda una buena residencia. Se agradece mucho el buen trato, los servicios, las instalaciones y la comida. Funciona muy bien.
Es una residencia que quiere aparentar, pero no llega a ser. La escasez de personal, el miedo que demuestra la gente que tiene alguna responsabilidad, es síntoma inequívoco de algo malo se oculta. Su precio es desorbitado para la calidad del trato. No es extraño que con la actual pandemia, más de treinta residentes, no solo hayan fallecido, sino que se ha querido desde la propia residencia, ocultar. Detalle este último que concuerda con el miedo antes mencionado.
Mi padre estuvo hace dos años 12 dias y fatal. Las comidas dejaban mucho que desear y eso que no es muy exigente. Las auxiliares un poco bordes, muchas de ellas se ve que de vocación no tienen nada.La limpieza mejorable.L
Residencia con falta de personal y por tanto de atención a los internos. Si el interno tiene una dependencia importante (mi suegra tiene problemas de movilidad y visión) estas vendido. Mi suegra ha estado doce días y en esos doce días ha tenido dos caídas ( la ultima con ingreso hospitalario por fisura en la pelvis). Ademas nos la hemos encontrado con una fuerte descompensación del sintrón, posiblemente por suministro inadecuado.
Es una residencia que ha perdido muchísimo con el cambio de propietarios.
Falta muchísimo personal, por tanto, si eres una persona que más o menos te apañas sola y que solo necesitas los cuidados básicos (comida, que te hagan la comida…) no está tan mal… la cosa se complica cuando necesitas cambios de pañales (por ejemplo), el tiempo de espera es tan elevado que casi seguro cogerás algún tipo de infección…
Si no tienes la «suerte» (como ellos mismos nos dijeron) de poder ir a ver a tu familiar todos (o casi todos) los días, no te darás cuenta de que las sábanas las dejan llenas de sangre, orina y heces… la almohada con restos de vómitos y de mocos.
Si un paciente no quiere o es incapaz de comer por encontrarse mal… no son ni capaces de dejarles la comida un rato al lado de la cama para ver si así se anima un poco a picotear algo aunque sea, en seguida se lo quitan y pasan al siguiente.
Si por un casual, el paciente enferma durante alguna comida y le da por devolver no le suben ni al cuarto ni nada… le dejan ahí hasta que llega la hora de acostarles, con todo encima de la mesa.
En resumen… la palabra residencia no corresponde con lo que realmente es.
La verdad es que a mi madre le costó adaptarse por su situación, casi no oía, veía mal, iba en silla de ruedas y tenía depresión desde que su hijo falleció. Decidimos meterla en esta residencia por ser la que más nos gustó tras visitar varias. Su limpieza, luminosidad, calidez, cercanía a casa de una de sus hijas. La atención por parte de la dirección, el trabajador social y las recepcionistas fue muy cordial y nos ayudó a tomar la decisión de confiar en ellos y así lo hicimos. Cierto es también que notamos ciertas carencias. Falta de personal en la sala. Un trámite que nos dijeron que iba a hacer por parte de una persona no se hizo en 6 meses, tuvimos que hacerlo al final nosotras sus hijas. No tenían muy limpia la ropa de mamá, a veces iba a un poco fachosilla, con lo guapa que le gustó siempre ir. Y lo que menos me gustó fue que el día que la recogí para sacarla a pasar estas fiestas con la familia, al meterla en el coche me di cuenta que estaba chorreando de pipi, llevaba una compresa grande, no pañal. La silla de ruedas también empapada y una chaqueta metida en su bolsa muy arrugada.
Hoy mamá no está. Nos dejó mientras pasaba unos días en casa. Estaba cansada y se fue , apagándose como una velita. Descansa en Paz.
No estamos a disgusto con la estancia en la residencia de nuestra madre pero sí decir que no es perfecta y que se pueden mejorar algunas cosas.
Que pena no haberla descubierto antes, siempre está limpia, dispone de una instalaciones muy amplias y modernas, el trato es correctísimo, si he de ponerle un pequeñito pero, se lo pongo en la comida, aunque se que está mejorando.
El llevar a mi padre a este centro, ha sido la peor decisión que he podido tomar, sobretodo al ser dependiente, ya no sólo porque con los días te vas dando cuenta de que escasea personal, tanto para el cuidado de enfermos como en la limpieza del centro, sino porque el trato del Director es deplorable, he tenido la peor de mi vida con este señor y nunca recomendaría este centro para un familiar, como en nuestro caso dependiente y con deterioro cognitivo que no puede hablar y está en estado de vulnerabilidad.